vendredi 5 septembre 2014

Una reflexión sobre la compraventa de un 911

Realmente, la reflexión valdría para la compraventa de cualquier vehículo de segunda mano, pero como la que me envida ahora mismo es la de un 911, ahí va.



Cuando se estudian en economía los mercados imperfectos, una de las imperfecciones que se puede encontrar es la de la asimetría de información entre el que vende y el que compra, y en este caso, el ejemplo que se pone siempre es el de los coches de segunda mano.



Guiados por el capricho, no es lo mismo comprar un dos caballos por 3.000 euros que un 911 por 30.000, por lo que, por el buen entendimiento a la hora de la negociación, sería interesante que el vendedor, de quien, lo siento, pero no creo que estemos en disposición de concederle la presunción de veracidad como a los agentes de la ley y el orden, entiendo que deberían documentar todos y cada uno de los datos que se pretenden acreditar, no sólo con libros de revisiones sino con facturas, no por el hecho de dudar de su palabra, sino por el de objetivar claramente los datos, ¿no os parece?



Lo digo porque yo, que estoy inmerso en un proceso de compra de un 911 ahora mismo, encuentro reticencias, e incluso parece que sienta mal en algunos compradores, el hecho de que se pidan determinados datos.



Espero vuestras opiniones.




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